A media mañana ya llega el aroma de sopa en las calles próximos a la calle del Mar del barrio de la Mina, donde la Asociación de mujeres Adrianes tiene su sede. Antes de las 8 de la mañana las primeras de ellas ya han comenzado a faenar ya preparar la cocina improvisada que montan delante de su local. Una carpa, dos mesas largas, una cocina de gas butano de aquellas portátiles que se utilizan para hacer la paella, pero, en lugar de paella, aquí hay una enorme olla de 100 litros de capacidad. Huelga decir que la logística ha ido mejorando año tras año, desde que comenzaron hace cinco años. El escudella de Navidad de las Adrianes ya es una tradición en el barrio que todo el mundo la espera, el último jueves antes de Navidad. Es un acto de solidaridad y de buena convivencia vecinal.
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El día anterior ya se organizaron para ir a comprar todo lo que se necesita y para limpiar y preparar las verduras que hoy, junto con el resto de ingredientes, están haciendo chup chup durante 5 horas. En total han puesto:
el corte
3 gallinas cortadas en cuartos
8 huesos de jamón
8 huesos de ternera
5 huesos blancos
4 kilos de ternera de la pieza del conejo que es la más melosa
1 kilo de panceta
6 morcillas blancas
6 butifarras negras
1 chorizo
La pelota (han salido 15)
4 kilos de carne picada (mezcla de ternera y cerdo)
1 docena de huevos
1 cabeza de ajos
perejil
pimienta negra
las verduras
1 col
1 apio
1 kilo de zanahorias
7 chirivías
4 nabos
3 puerros
4 kilos de patatas
4 kilos de garbanzos crudos que han sido 24 horas en remojo
120 litros de agua
sal
la pasta
3 kilos de pasta.
Presupuesto: 350 €
Y, mucha estimación tal como apuntan todas. El Alicia, la Manuela, Ester, Pilar, María, la otra María, Isabel, la Paqui, Antonia, Ana, Carla y Ángeles, trabajando todas en colaboración y buen entendimiento, cada asume su papel sin necesidad asignarlo, haciendo lo que mejor sabe hacer y contribuyendo al éxito final. Porque esto lo hacen para el barrio y su gente. La presidenta de la Asociación, Àngels Rosell, explica, que todo vino por las ganas de introducir una tradición tan catalana como es la escudella de Navidad que, además, es símbolo de hermandad, comunidad y generosidad. Asegura que "especialmente en la actual situación de crisis y de mucha dificultad por una gran mayoría, nuestra escudilla es una manera de dar ánimos y transmitir la idea de que las cosas cambiarán y que por eso no podemos caer en el desánimo" . Y, añade que, "lo más importante de todo es demostrar que tenemos fuerza y que hay que seguir trabajando por una sociedad más justa. Donde la mujer juega un papel fundamental como eje central ".
La olla sigue hirviendo, y los que pasan por delante se preguntan que se hace husmeando el buen olor. A todo el mundo le invita a pasar más tarde, hacia la una del mediodía, a comer un buen tazón de sopa de galets y cocido, que vendrá acompañada de un vaso de vino, polvorones, un trozo de la torta que ha hecho el marido de Mercedes, bombones, cava y café. Y, así, es. Poco después de la una se empieza a repartir cocido caliente que concentra la gente alrededor de la mesa de las Adrianes y reaviva por dentro y por fuera, en este día de finales de diciembre que, en la Mina, lleva el inicio de las fiestas de Navidad.
Más tarde, dentro de la sede de la entidad se reúnen las mujeres Adrianes alrededor de una mesa de Navidad, muy bien parada y adornada. Y, este año, las acompañará, una vez más, la actriz y gran amiga, Montserrat Carulla, la historiadora Isabel Segura, autora del libro Mujeres de Sant Adrià. Itinerarios históricos, y la también historiadora y militante feminista, presidenta del Instituto Catalán de la Mujer, Marta Selva. Las mujeres Adrianes trabajan todo el año en proyectos de sensibilización e iniciativas que contribuyan a mejorar nuestra sociedad desde la perspectiva de la mujer, en temas de igualdad, derechos fundamentales, ecologismo, infancia, la educación ...