Se coincide en el papel integrador, educativo y favorecedor de la cohesión social que tiene el deporte, siempre que se mida el componente competitivo y se potencien valores personales y sociales como el respeto, el autocontrol, la autoestima, la empatía, el esfuerzo, la autonomía, la cooperación, la ayuda a los demás, los hábitos saludables o el liderazgo. Las actividades deportivas del barrio de la Mina, todas ellas orientadas a una función social dirigía a los niños y jóvenes de la comunidad, han sido el centro de una jornada de reflexión e intercambio sobre deporte y cohesión social organizada por la Federación de Municipios de Cataluña , que se celebró el día 7 de noviembre en el Espacio Cultural Fuente de la Mina y que incluyó una visita a las actividades que diariamente acogen las instalaciones de la nueva Zona Deportiva la Mina. .


La jornada reunió una cuarentena de participantes entre los que hubo representantes políticos de varios municipios de la Federación como, Bagà, Tiana, El Vendrell, Mataró, Vilanova y la Geltrú, Mollet, Sant Fost Campsentelles, Sabadell, Viladecans, San Juan Despí o Barbarà del Vallès, así como técnicos de las entidades locales adheridas a la Federación. La jornada partía de la constatación de que para garantizar la práctica deportiva y hacerla accesible a la población ha sido necesaria una gran labor, especialmente desde el mundo local, de planificación, inversión y gestión de instalaciones • instalaciones y programas deportivos, a la la hora que se planteaba como objetivo conocer de cerca la labor integradora que, a través del deporte, se realiza en un municipio como Sant Adrià de Besòs y más concretamente, en el barrio de la Mina.

Gervasio Deferr y Andrea Fuentes
Juan Carlos Ramos, vicepresidente de la comisión sectorial de deportes de la Federación, concejal de deportes de Sant Adrià de Besòs y entrenador del Club de Lucha La Mina inició la reflexión sobre el deporte como herramienta para mejorar la cohesión social que aporta beneficios individuales al deportista, y también de grupo que repercuten en el conjunto de la sociedad. También intervinieron los medallistas olímpicos de gimnasia, Gervasio Deferr, que actualmente entrena a los deportistas del Centro de Alto Rendimiento, y la nadadora de sincronizada, Andrea Fuentes. Ambos directivos del Club de gimnasia La Mina. Los deportes y los clubes con más tradición en el barrio son la lucha grecorromana y el fútbol, ​​los cuales han salido algunos deportistas de élite. Y, desde hace dos años, la gimnasia ha sumado a estas actividades deportivas que se practican en la Mina desde una clara vocación social. Los responsables de cada una de estas disciplinas explicaron como de entrelazadas están la práctica deportiva y la educación de los valores, de un lado, y la exigencia que desde los clubes se pide a sus pequeños deportistas, en cuanto a su rendimiento y responsabilidad en la escuela. La frase más repetida es "no basta con ser un buen deportista, también hay que ser un buen estudiante", y cuando acuden al club les pregunta cómo les va en la escuela y está en contacto con los centros de enseñanza para poder hacer un seguimiento personalizado. La jornada incluyó una visita a las distintas sesiones de entrenamientos que cada tarde hay en la Zona Deportiva. Unas instalaciones inauguradas hace apenas cuatro años que disponen de sala polivalente para la práctica de deportes de pista, un gimnasio equipado con los más modernos aparatos y un campo de fútbol 7.

El beneficio y potencial social del deporte
La intervención a través del deporte, que aprovecha la atracción que tiene para niños y jóvenes, permite mejorar la cohesión social en zonas urbanas desfavorecidas, las relaciones interculturales en comunidades receptoras de migración, o bien tratar situaciones de drogodependencias, rehabilitación de reclusos , prevenir la violencia de los jóvenes o mejorar la participación social de otros colectivos con discapacidades. En el ámbito individual, da la oportunidad de adquirir habilidades físicas y deportivas, permite el reconocimiento de las limitaciones propias, evaluar destrezas y aptitudes, hacerse responsable de su propia salud, tener un tiempo libre formativo, aceptar reglas y normas , encarar valores como el esfuerzo, la perseverancia y el espíritu de equipo, refuerza la identidad personal, y da oportunidades de trabajo. En cuanto a los beneficios y potencialidades social sobre el grupo, es un excelente medio de inserción y acceso a la ciudadanía, ofrece la ocasión de conocer gente y aprender a aceptar las diferencias, la práctica del deporte obliga a la interacción, la creatividad y fomenta el desarrollo de la personalidad. Ahora bien, hay que velar porque la práctica del deporte no se centre únicamente en la actividad física, por sí, y una alta competitividad. Los expertos alertan de que los valores del deporte no son automáticos, sino que hay que favorecer la vivencia de los valores que puede conllevar que alcanzar un desarrollo positivo. Y que cuando se trabaja con jóvenes socialmente desfavorecidos el objetivo fundamental debería ser su desarrollo personal y social, por encima de la mejora de sus habilidades físicas. De ahí la importancia de los modelos deportivos de nuestra sociedad y de la figura del entrenador, que debe saber combinar un cierto grado de competitividad en la práctica deportiva que anime a los jóvenes y que, a su vez, ayude a desarrollar buenas personas y no sólo buenos deportistas. Hay que saber aplicar los valores del deporte dentro y fuera de los terrenos de juego, y en el caso de los niños que los valores del esfuerzo y la disciplina deportiva, así como su carácter lúdico, se trasladen también en la escuela y su actitud hacia los estudios y la formación.

Consorcio del barrio de la Mina