Demasiado habitualmente en la comunicación pública se utiliza conceptos y terminología propia de las enfermedades mentales con intencionalidad despectiva y / o ofensiva. Vincular enfermedad mental y violencia, por ejemplo, es lo que hacen el 49% de las informaciones que aparecen en los medios de comunicación españoles, según estudios recientes.
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Así pues, con el fin de luchar contra este dedo que señala las personas afectadas por patologías mentales como si fueran responsables de su sufrimiento a diferencia de los que tienen enfermedades físicas, se ha creado el primer Observatorio sobre salud mental y medios de comunicación a iniciativa de Abiertamente, la alianza catalana de lucha contra el estigma en salud mental, y la implicación del Grupo de periodistas Ramon Barnils. El objetivo es romper estigmas y normalizar estas enfermedades, analizando contenidos periodísticos y proponiendo estrategias de reparación.
Un equipo de periodistas de Media.cat, el observatorio crítico de los medios del Grupo Barnils, ya trabaja en los dos primeros informes que dará a conocer a principios del año que viene con los datos y conclusiones del análisis sistemático y continuada de las informaciones sobre salud mental publicadas durante los dos últimos años por los medios en Cataluña. Esta debe ser una herramienta para definir estrategias y políticas que contribuyan a cambiar el enfoque mediático de los contenidos, establecer pautas sobre carencias y fortalezas de este tratamiento, para acabar con el estigma social y mejorar la percepción de que el conjunto de la población tiene de la salud mental. Y, se trata, a la vez, de implicar a los periodistas para que ejerzan su profesión con autocrítica y responsabilidad. Para que reflexionen y sean conscientes de la repercusión que tiene sobre la opinión pública todo lo que comunican, y para que no se excusen en la inmediatez, la presión y el contrarreloj con que se trabaja en las redacciones.
El tratamiento de la información
En el acto de presentación del Observatorio que se hizo a finales de octubre, se reivindicaron los puntales básicos de la información periodística que debe ser contrastada y documentada antes de ser publicada, la responsabilidad individual del profesional de la comunicación , la necesidad de la transparencia de las fuentes y una mayor disponibilidad de información especializada o de testigos autorizados. Ahora bien, la estigmatización de la enfermedad mental es estructural, el papel de los medios debe ser el de contribuido a luchar contra, estando atentos a la jerarquización de la información, la forma en que se explica o en el espacio que se da a un tema. De ahí la importancia de poner en relación los medios y las entidades vinculadas a la salud mental para ir incorporando criterios formales en las redacciones y reforzar la difusión de noticias que ayuden a normalizar este ámbito, contando con posicionamientos públicos por parte de referentes de opinión y personajes reconocidos. Tal como se planteó en la mesa redonda sobre periodismo y salud menta organizada con motivo de la presentación del proyecto.
Abiertamente aprovechó este evento para presentar también el Anuario Alerta Estigma 2014, que da datos sobre los motivos por los que la ciudadanía catalana ha enviado alertas en el buzón de la entidad, tanto para denunciar prácticas que se consideran estigmatizantes como para reconocer buenas prácticas.