Las verbenas de San Juan y San Pedro han dado el pistoletazo de salida en verano. Ahora, una vez pasadas estas noches festivas de juerga, fuego y petardos, toca poner cordura, reforzar el civismo y trabajar para la convivencia. Este es el objetivo de la campaña que pone en marcha el servicio del Consorcio que apoya y hace asesoramiento y mediación en las comunidades de vecinos y vecinas del barrio de la Mina.

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En esta ocasión la campaña se centra en la nueva zona residencial creada entre la avenida Manuel Fernández Márquez y la calle Ramon Llull, donde hay cuatro de las siete promociones de pisos de protección oficial levantadas por el Consorcio. De estas cuatro, tres se han ido habitando desde el mes de enero de 2013, hasta ocupar actualmente un total de 119 pisos, repartidos en 10 comunidades de escala que han constituido sus órganos de decisión. Es, precisamente, contando con la colaboración de los vecinos que han asumido la representación de sus comunidades que se ha preparado la campaña y se pone en marcha. De cara al próximo mes de septiembre una campaña similar se podría dirigir a las cuatro promociones de pisos restantes, situadas a lo largo de la rambla y que estos días están recibiendo a las nuevas familias que se instalan. El equipo de apoyo a las comunidades entiende que hay que aprovechar que estas se encuentran al inicio de su trayectoria para asentar unas buenas bases de convivencia y respeto. Todas ellas han adoptado su propio reglamento de régimen interno, que establece como regular los temas de la limpieza comunitaria, el respeto al descanso, el cuidado y el mantenimiento de los espacios comunes y del mobiliario de la comunidad, y el cierre de la puerta de entrada a la escalera.

Corresponsabilidad, mediación y prevención
La campaña lleva el lema "Por una buena convivencia en la calle y en las comunidades de vecinos: CONVIVENCIA: COSA DE TODOS" y, justamente, busca la corresponsabilidad vecinal en el cuidado del espacio común que todo el mundo comparte con los miembros de su comunidad de escala. La iniciativa surge a raíz de la experiencia del pasado verano, donde se produjeron algunos incidentes que provocaron molestias a los vecinos de la zona. Se trató principalmente de grupos de personas que hasta la madrugada se concentraban alrededor de los edificios de viviendas provocando molestias por los ruidos, la música que hacían sonar y los desechos que dejaban esparcidas por la calle. La intención, este verano, es incidir en los hábitos cotidianos que repercuten en la relación entre la calle y las comunidades, con el objetivo de prevenir situaciones desagradables que se producen en la calle, sin embargo, que acaban afectando al vecindario. Se trata de hacer posible y facilitar el diálogo entre los vecinos y las personas que hacen uso del espacio público de la zona, a fin de prevenir y corregir situaciones de conflicto, contando con el apoyo para la mediación comunitaria del equipo de escaleras y el compromiso de todas las partes.

    

Es aquí donde el servicio de soporte se pone a disposición de los vecinos para encontrar la mejor solución a cada caso. La campaña prevé un trabajo de detección y seguimiento, que reforzada por una serie de carteles y dípticos informativos que lanzan varios mensajes y llamadas para velar por la convivencia. Previamente, el lanzamiento de la campaña los representantes de las diversas comunidades, mantuvieron una reunión con el inspector jefe de la Policía local de Sant Adrià, Tomás Gil, a quien expusieron las situaciones conflictivas más habituales y se estudiaron y consensuar los protocolos a seguir si se da el caso. El encuentro también sirvió para aclarar el reparto de competencias entre el cuerpo de Mossos d'Esquadra y la Policía Local. Esta, que únicamente tiene competencias en el término de Sant Adrià, se hace cargo de las infracciones a las ordenanzas municipales que regulan, ámbitos de convivencia y civismo, además, del tráfico de vehículos en las calles de la ciudad. El resto de delitos y hechos penales, recogidos en el código penal son competencia de los Mossos. Siempre es una buena opción llamar al teléfono 112, servicio que se encarga de hacer la derivación de acuerdo a la naturaleza de la emergencia. En esta reunión, Tomás Gil aprovechó para presentar las novedades de la nueva ordenanza municipal que entró en vigor el pasado día 30 de abril, para regular el respeto del espacio público y fomentar la buena vecindad. Ofreció el número de teléfono, 93 381 55 55, para facilitar el contacto de la ciudadanía con su policía y alentó a todos a presentar ante el Ayuntamiento las quejas que puedan surgir, ya sea vía llamada o instancia. Finalmente, se acordó hacer una segunda reunión de valoración el próximo mes de octubre.

Consorcio del barrio de la Mina