Este mes se cumple el primer aniversario de la inauguración del nuevo templo de la Iglesia Evangélica, construido para sustituir el antiguo local de la calle de Oriente, afectado por la transformación urbanística del barrio. El nuevo edificio posibilita, por ejemplo, que haya un espacio donde reunir a los niños y hacer actividades con ellos mientras los adultos asisten a la celebración diaria. "Esto sólo ya es una mejora, y se han acabado los problemas de ruido con los vecinos. Donde estábamos antes no cabíamos todos dentro y los niños jugaban en la calle ". En la Mina hay tres comunidades de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, esta instalada en el nuevo templo construido al final de la calle Poniente, junto a la vía del tren, la que tiene su sede en la misma calle Poniente, pero por el lado de la Ronda Peñafort, y la que hay en la calle Levante. Entre las tres, reúnen unas 650 personas. .


Los miembros de la Iglesia Evangélica se encuentran cada tarde a partir de las siete para celebrar su fe, fuera de los sábados, que es el día destinado a las reuniones organizativas. El nuevo centro acoge las reuniones mensuales de los líderes de las provincias de Girona y Barcelona, que representan ochenta iglesias. Cada comunidad tiene al frente un pastor, siempre hombre, que preside las celebraciones y que cuenta con varios obreros (el resto de pastores de la comunidad, también todos hombres) que realizan tareas de apoyo y que también pueden hacer la prédica de la reunión. Los candidatos están seis años en periodo de formación y preparación con el objetivo de llegar a ser pastores, y los diáconos ayudan con la atención y las actividades para los niños de la comunidad. Por su parte, los tesoreros se ocupan de las cuestiones de gestión.

El trabajo doctrinal de los más pequeños
La Iglesia Evangélica da especial importancia a las actividades de la escuela dominical para niños y niñas de siete a doce años, que son diferentes para cada género. Las niñas se orientan hacia el canto coral, el teatro y la danza, con el objetivo formar nuevas integrantes de la coral de la iglesia, que tiene dos corales de mujeres y una de hombres, y que participan muy activamente en todas las celebraciones. Los niños en cambio, asisten a los grupos de estudio de la palabra y la doctrina, hasta completar el programa de conocimiento de la Biblia. A través de todas estas actividades se transmiten los valores del respeto, la convivencia y la solidaridad. A partir de los 16 años, ya se les considera adultos y con la guía de personas de la iglesia con mayor formación y experiencia participan en grupos de reflexión donde se les orienta y se les dan pautas para afrontar las responsabilidades y retos que les plantea la vida adulta.

Para las celebraciones diarias, hombres y mujeres se sientan por separado dentro del templo. Estas se inician con varios cánticos de alabanza y alegría. Después sigue un rato de oración que acompaña con cánticos más pausados ​​de adoración, ya continuación viene el rito de la palabra, con la prédica del pastor. La comunidad de la Mina está formada por personas de muy diversa condición y procedencia, y todo el mundo es bienvenido. Aunque la mayoría son personas gitanas, también hay que no y, últimamente, se están incorporando vecinos del barrio recién llegados de varios países de Sudamérica, donde la fe Evangélica tiene fuerza seguidores. De hecho, este es uno de sus principios, la acogida sin distinción, junto con las tareas de voluntariado. Así, dos veces por semana, seis miembros de la comunidad van al centro de atención para personas drogodependientes que hay en CAP del barrio para ofrecer ayuda y apoyo a los afectados. La Iglesia Evangélica dispone de varios centros de rehabilitación fuera del barrio, a los que les derivan. Los pastores obreros de cada comunidad forman un consejo, en el seno del cual se debaten todo tipo de asuntos que afectan a la comunidad y actúan como mediadores en casos de conflictos personales, familiares o de comunidad.

Consorcio del barrio de la Mina