Uno de los requisitos de estos últimos planes de ocupación local, en el marco del programa Proyecto Impulso y que cuentan con financiación del Fondo Social Europeo, es la necesidad de incrementar las competencias de los trabajadores y trabajadoras para mejorar sus posibilidades de inserción laboral, mediante un programa de formación de un mínimo de 30 horas. Así, pues, ha recaído sobre el Consorcio la responsabilidad de organizar los módulos formativos que se han impartido a lo largo de los seis meses que han durado los planes. El programa de formación tiene una orientación transversal y profesionalizadora que ha incluido módulos formativos en las siguientes temáticas: prevención de riesgos y salud laboral, informática, medio ambiente y civismo, orientación laboral, y desarrollo de habilidades personales aplicadas a la búsqueda de empleo. Las sesiones de formación han estado a cargo de los profesionales expertos de la propia Red de servicios de inserción sociolaboral y otros servicios del Consorcio, a excepción de la prevención de riesgos y salud laboral, que ha sido presentada por especialistas en la materia. En algunos casos los trabajadores han completado su formación asistiendo a cursos subvencionados relacionados con las materias del módulo formativo organizados por organismos externos. Paralelamente, a este programa, cada trabajador ha tenido asignado un calendario de tutorías individualizadas de seguimiento.
Valoración de inicio y final
El proceso de seguimiento individualizado se inicia con la asignación de un técnico de la Red laboral del Consorcio que será el referente, que a lo largo de todo este tiempo velará por el aprovechamiento de los recursos y la experiencia que los planes ofrecen a cada trabajador y trabajadora. A la vez que tendrá un responsable en el lugar de trabajo para asesorarle en la tarea concreta a realizar y la adaptación al equipo de trabajo. Conjuntamente con la persona referente elabora un informe que establece el perfil de entrada del trabajador, es decir, todo aquello que aporta previamente. En base a este se plantea un plan de trabajo que se irá revisando a medida que se va produciendo la adaptación al trabajo, y que se tendrá en cuenta de cara a un proceso de inserción posterior. Finalmente, al completar los seis meses, se elabora un perfil final del trabajador donde se refleja la evolución que ha tenido, la ampliación de su bagaje profesional, y se establecen las pautas a seguir a partir de la finalización del Plan de Empleo, en cuanto a la formación y orientación laboral. Los planes de empleo resultan igualmente, una buena opción para las entidades sin ánimo de lucro que gestionan los servicios del Consorcio, donde estos trabajadores han sido contratados, sin coste adicional para ellas, ya que les da la oportunidad de conocer el trabajador "in situ", mostrando sus competencias laborales y habilidades personales. El trabajador, además de ampliar competencias para la práctica de unas nuevas ocupaciones, entra en la bolsa de trabajo de la entidad, que si decide contratarlo ahorrará el periodo de adaptación y formación
Formación transversal
La formación que reciben los trabajadores durante el Plan de empleo, prioriza las técnicas relacionadas con la búsqueda activa de trabajo y, las habilidades sociales y laborales. Así, como los conocimientos de informática, que son una herramienta clave para acceder a muchos trabajos, pero también para poder hacer investigación en las múltiples bolsas de trabajo que hay en la red digital. En este caso se aprovechan los recursos informáticos que hay en el barrio de la Mina, que dispone de dos puntos Omnia para la difusión del conocimiento de las nuevas tecnologías. Y, al mismo tiempo transmitir la importancia de no quedarse atrás en este campo, donde la persona actualmente se puede sentir analfabeta funcional si no tiene un cierto dominio de estos recursos (navegar por la red, hacer uso de buscadores, saber encontrar páginas web de interés ...). El módulo de habilidades sociales y laborales se centra en tomar conciencia de la importancia comunicativa de la imagen personal, conocer los factores que influyen en la comunicación verbal y no verbal que pueden facilitar o complicarla, y adquirir herramientas para la resolución de conflictos, tales como la empatía o la asertividad. En cuanto al módulo sobre desarrollo de competencias profesionales y diseño del proyecto laboral, de entrada, su objetivo es clarificar estos conceptos, como paso previo y necesario para tomar conciencia del bagaje personal y profesional que acumula y puede ofrecer cada uno. Así, como de la importancia de que uno mismo se responsabilice del propio proyecto laboral, clarificando objetivos y poniendo los recursos necesarios.
El programa de formación es completa con un módulo que aborda la sensibilización medioambiental y la práctica del civismo y la convivencia. En este caso se trata de acercar a los participantes a dos ámbitos que socialmente y, en el caso del medio ambiente también económicamente, cada vez toman mayor importancia, y sobre los que hay que incidir para generar actitudes críticas y buenos hábitos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de nuestro entorno social, familiar y laboral.