Hemos acabado un año y empezado otro con varios actos culturales y sociales centrados en la realidad del pueblo gitano. El Espai Cultural Font de la Mina,, con la colaboración del Consorcio, ha acogido tres exposiciones y un par de debates que desde varias perspectivas han presentado la realidad pasada y presente de este pueblo que, todo y representar la minoría más grande de nuestro país, es todavía fuerza desconocida  y sufre una estigmatización histórica difícil de superar.

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Aprovechando que el nuevo equipamiento ofrece al barrio un escaparate ideal por organizar muestras y exposiciones, lo Centro Cultural Gitano recuperó la colección de fotografías que el fotógrafo y artista polifacético, Manel Gausa, los dio tras la clausura del Foro de las Culturas del año 2004, donde habían sido expuestas. Se trata de 30 imágenes hechas al barrio de barracas del Somorrostro de la Barceloneta, a finales de los años cincuenta.

Cotidianidad, fiesta y mujer
Manel Gausa conocía bien el barrio gracias a su amistad con una asistente social que trabajaba y se propuso retratar su cotidianidad al largo de un día entero. Las 30 imágenes, reproducidas en papel fotográfico de la misma época, pueden ser miradas individualmente o como parte de una secuencia. De hecho, Manel Gausa, las dejó numeradas por fidelidad a la cronología de las horas del día. Las instantáneas captan la vida de la comunidad desde que se quita hasta el anochecer. No hay pones. Son escenas de una realidad que quizás ahora nos resulta sorprendente, pero que eran habituales a la Barcelona de mediados del siglo pasado. 
 

  

 

 
La fotógrafa, Anna Palma, tomó el relieve con una exposición de fotografías que centra su atención, no justamente en la cotidianidad, sino en los momentos señalados de la vida social del pueble gitano. Tema por el cual siendo verdadera pasión y que sigue desde hace años, vinculada a la Asociación Gitana de Sabadell, su ciudad. Palma retrata la fiesta, las celebraciones familiares, los hechos sociales más destacados, los casamientos, los bautizos; los rituales que marcan la personalidad de la comunidad gitana.

Y, hasta este mes de enero pasado, se ha podido visitar otra muestra de fotografías que se ha fijado especialmente, en la mujer gitana. La muestra con el título, Kali Nebó. Mujeres y Gitanas. Sus miradas, su mundo cultural, ha buscado las caras, las manos, las complicidades de estas mujeres y retratar su papel dentro la familia, como madres y como palo de paller. Precisamente, el papel de la mujer dentro la comunidad gitana ha sido importante en los debates que se han organizado también en el entorno a la realidad del pueble gitano.

Absentismo escolar
Los miembros del Rotary Club, una red internacional que agrupa a personas vinculadas al mundo de los negocios y las profesiones liberales, que también actúa como ONG, organizó a la Mina un debate sobre el absentismo escolar dentro la comunidad gitana. El alcalde de Santo Adrià, Jesús M. Canga, actuó de moderador y como tertulianos van participar: Carmen Méndez, antropóloga y miembro del Secretariado Gitano de Cataluña; Paqui Perona, mediadora social dedicada a la inserción laboral de la mujer gitana; M. Àngels Rossell, maestra y presidenta de la Asociación de mujeres Adrianesas; y Manuel Fernández, educador social y ex-regidor. 

 

  
 

Del debate se podía concluir que a menudo se utiliza la excusa de la cultura y la idiosincrasia del pueblo gitano por justificar la ausencia a la escuela y la carece de interés de los padres por la escolarización y la educación de los hijos. Así como el victimismo de ser una minoría, marginada y malentendida por el grueso de la ciudadanía y especialmente, por el sistema educativo. El mensaje fue que hace falta abandonar estos argumentos y plantear la cuestión en términos de responsabilidad. Ante la posibilidad de traer los hijos y las hijas a la escuela, los padres que no cumplen con este deber han de entender que incurren en un delito de negligencia y desatenció a los hijos, que vulnera unos de los derechos fundamentales del niño.

Con respecto al sistema educativo se consideraría un error alimentar las voces que a veces hablan de hacer una escuela gitana. La escuela debe ser la misma, pero esta tiene el deber de conocer y explicar la historia del pueble gitano. Su sentido de pertenencia e identidad, así como sus referentes históricos y culturales, especialmente a los lugares dónde hay una comunidad gitana estable. Y, esta ha de evitar el conformismo y participar en los órganos de representación propios de la comunidad educativa. Aprovechar la escuela y sus oportunidades por procurar a la siguiente generación una formación que los capacite por ser personas plenamente competentes dentro la sociedad y bonos profesionales en el mundo laboral. 
 
  
 

La riqueza lingüística del romaní
En relación a la cultura y la historia del pueblo gitano el Centro Cultural Gitano de la Mina organizó, en el marco del programa de tertulias Diálogo entre gitanos, una sobre la cuestión lingüística. Va participar el experto en lengua Romaní, Carlos Muñoz, profesor y colaborador de los gobiernos de Cataluña, Euskadi y España para la traducción de documentos oficiales a la lengua romaní. Lo acompañaron Manuel Herédia, presidente de la Asociación Gitana de Sabadell, Paqui Perona, nuevamente, y Rafael Perona del Centro Cultural de la Mina, que moderó la charla.

Manuel Herédia reivindicó el legado de las grandes figuras de la cultura gitana, desde los filósofos de la India, lugar de origen del pueblo gitano, hasta los matemáticos y artistas que se fueron desplegando por toda Asia, Europa y África. Precisamente, esta historia de camino y desplazamiento es el que, según el profesor Muñoz ha dado a la lengua romaní una gran riqueza de palabras y expresiones, manllevant y bescanviant palabras con las lenguas de los otras pueblos con quienes entraban en relación. El desconocimiento y la historia de marginación y discriminación que ha sufrido el pueblo gitano han relegado su lengua. Muñoz reivindicó el valor e interés del romani, y abogó porque su conocimiento llegue a los profesionales que directa o indirectamente trabajan con la comunidad gitana. Por contribuir, así, al final de los prejuicios y recelos.
 

  

 

En su intervención Paqui Perona abordó la cuestión laboral recordando que los gitanos han sido grandes artesanos y ceramistas, y que la mujer gitana siempre ha trabajado. explicó como los poderes públicos fueron arrinconando la venta ambulante, importante base económica de las familias gitanas, hasta quedar como actividad no reconocida dentro el mercado laboral. Mientras, durante la segunda revolución industrial de los años 60 y 70, otras actividades fueron permitidas y legalizadas, y defendidas por los sindicatos, nadie se cuidó de incorporar el comercio no sedentario. Desprendido la competencia de las grandes superficies acabó de hundir el sector.

La gran asignatura pendiente, según conclusión general, es la dificultad de tener personas dirigentes, capaces de influir y formar parte de los estamentos de poder y decisión de nuestra sociedad, especialmente con respecto al poder económico y el mundo de la empresa. De aquí la importancia de acceder a los estudios y la formación por poder competir en igualdad de condiciones con el resto de ciudadanos.

 

 

                                                                                                         Consorcio del barrio de la Mina