El 36% de las personas que en 2019 participaron en los itinerarios de inserción de la Red de servicios sociolaborales del Consorcio encontraron trabajo. Son 388 personas que generaron un total de 501 contratos, para que una parte de estos contratos son temporales y al cabo del año una misma persona puede tener más de un trabajo. La mayoría de los contratos son de entre tres y seis meses, aunque hay una mejora los contratos de entre uno y dos años y los indefinidos.

 

Del total de 1.101 personas que fueron atendidas por los servicios de la red, 1.074 participaron en un itinerario personalizado de inserción para buscar trabajo y esto es el 97,5%. Además de las 388 que encontraron empleo, hay 193 iniciaron un itinerario formativo. Cabe destacar el descenso de las prácticas, que de hecho es un dato positivo, porque responde al aumento de las inserciones formativas teórico-prácticas que se hacen en alguna de las empresas con las que el Consorcio tiene convenio de colaboración y que acaba siendo la mejor vía de entrada al mercado laboral. El objetivo de la Red es generar oportunidades de inserción laboral y formativa para fomentar la autonomía y el aprendizaje para reducir los casos de exclusión de la población de la Mina. El perfil medio de la persona participante es el mismo de los últimos años con ligeros cambios en los porcentajes. Es un hombre en el 56% de los casos, de entre 26 y 45 años (40,9%), con estudios primarios (57%), que no ha llegado a acumular un de año de paro (45%) y que pertenece al colectivo gitano (39%). Tanto en cuanto a las personas atendidas como las vinculadas a un itinerario la mayoría son hombres, en cambio en el caso de las informadas la mayoría han sido mujeres. Las personas vinculadas son las que están realizando un itinerario sociolaboral en alguno de los siete servicios de la red. El año pasado 379 personas iniciaron su, 660 continuaban itinerarios de años anteriores y 35 son recuperaciones, itinerarios que hacía menos de dos años que estaban parados y el año pasado se reactivaron.

 

Mayoría de contratos temporales de entre 3 y 6 meses
Cuando hay inserción el contrato más habitual es de tres a seis meses, 212 en 2019, temporal, de una duración determinada o por obra y servicio, que generan poca estabilidad sociolaboral. Así un número importante de personas atendidas en los servicios de la red no se desvinculan aunque encuentren trabajo porque continuamente están entrando y saliendo del mercado de trabajo, que los hace vivir en una situación de búsqueda de empleo constante que no les permite mejorar las condiciones de vida. La mejora de la empleabilidad de la población activa de la Mina pasa por la formación cualificada y especializada que promueve la red sociolaboral en nuevos sectores con demanda, a pesar de encontrarse con una falta importante de calificación y con las reticencias de un amplio grupo de la población a asumir objetivos a largo plazo debido a las urgencias económicas y la cultura de la inmediatez.

Las gráficas muestras como a lo largo de la última década se estabilizaron los efectos de la crisis de 2007 entre los años 2012 y 2015. A partir de ahí inician trayectorias ascendentes hasta el ejercicio pasado que presenta los mejores datos tanto de personas participantes como de inserción. Así como en el número de contratos de 12 a 24 meses (23) e indefinidos (24), que sólo hace dos años eran casi inexistentes. Empiezan a verse en 2018 y han continuado aumentar en 2019.

  

  

Consorcio del barrio de la Mina