El proyecto de convertir los dos antiguos centros educativos de la Mina en uno solo, fusionando la Escuela Mediterránea y el Instituto Foro, ya da frutos. En septiembre todos los alumnos que terminaron primaria han comenzado secundaria. Y, esto es la primera vez que pasa. Justamente, uno de los objetivos del modelo instituto escuela es normalizar el cambio de ciclo, evitando que en este paso se pierdan alumnos.
Así lo ha explicado esta semana la directora del centro, Marta del Campo, en una entrevista en Catalunya Radio. Durante la que también ha destacado el descenso del absentismo, la mejora de resultados y la oferta de nuevos ciclos formativos. Esta nueva oferta educativa ha supuesto que una parte del alumnado haya decidido continuar con estudios post-obligatorios y, incluso, el retorno de hombres y mujeres que habían dejado los estudios después de terminar la ESO. En el ciclo medio de Electromecánica de vehículos automóviles, hace dos años se añadió el de Actividades comerciales, la primera promoción se graduó el curso pasado y que es una buena opción para las chicas, que por otro manera quizás no habrían seguido estudiando. La novedad este curso es el grado superior de Logística y transporte.
El centro, con 600 alumnos donde el 90% del alumnado de infantil y primaria es gitano, cuenta con la figura del promotor escolar, Iván Cortés. Una persona de la misma comunidad con estudios superiores de integración social, referente positivo para las familias del barrio y mano derecha del profesorado para garantizar la escolarización. Su trabajo incansable sigue siendo la lucha contra el absentismo y, especialmente, el absentismo intermitente, que es el de faltar a clase algún día de la semana de manera habitual. Haciendo seguimiento de los alumnos y manteniendo un contacto estrecho con las familias trabaja con ellos la motivación y el valor de la educación para evitar los casos de fracaso escolar. El trato cercano y, al mismo tiempo, firme han conseguido, por ejemplo, normalizar la puntualidad en el centro.
La gitanidad es un factor de identidad que el Instituto escuela La Mina integra en su cotidianidad para hacer que su alumnado se sienta cómodo y reconocido, base para poder aprender. Algunos de los alumnos entrevistados en el programa se referían, justamente, en el sentido de pertenencia y comunidad, a la camaradería y las segundas oportunidades para seguir estudiando. En un barrio complejo donde el éxito educativo se ve condicionado, la directora, defiende los progresos conseguidos, mientras se continúa trabajando para ofrecer cada nuevo curso mejoras educativas. "Los alumnos -dice Del Campo- deben poder llegar donde se propongan y ser capaces de decidir qué quieren hacer con sus vidas."
En el proceso de diseño y desarrollo de un nuevo proyecto de centro, el instituto escuela de la Mina ha contado con el apoyo de las administraciones -Generalitat y Ayuntamiento- y de la red comunitaria del Proyecto Educativo del barrio (pebMINA) que integra el tejido asociativo y el conjunto de agentes que trabajan en el territorio.