En la ciudad francesa de Marsella, situada en la orilla mediterránea, está el barrio de la Castellane, construido entre finales de los 60 y principios de los años 70, como el de la Mina. En este caso, para alojar refugiados procedentes de la guerra de Argelia (1954-1962) y que, posteriormente, también acogió inmigrantes de Marruecos, del sur del Sahara y del Caribe. Es, por ejemplo, la ciudad natal del famoso jugador de fútbol, Zinedine Zidane, hijo de padres argelinos.
Es un barrio, arquitectónicamente, encerrado en sí mismo, formado por 1.249 viviendas y una población de 7.000 personas. A pesar de ser la mitad de grande que la Mina, se encontrarían semejanzas con la Mina anterior al Plan de transformación. El aislamiento físico, una población mayoritariamente recién llegada sin vínculos con el municipio, altos índices de desempleo o rentas familiares muy bajas, y el tráfico de droga. En la Castellana, además, se añade la prostitución, el contrabando de armas, la delincuencia armada y una grave situación de inseguridad en las calles. Ante este foco de conflictividad que arrastra la segunda ciudad más grande de Francia, después de París, la Administración francesa pone en marcha una gran actuación de renovación urbana i tranasformación social, en la que participa el mismo equipo de arquitectos, del Estudio Jornet -Llop-Pastor, que planificó el Plan de transformación de la Mina. De modo, que el Consorcio recibió el pasado mes de abril una delegación francesa formada por técnicos y cargos públicos que trabajan en el proyecto de la Castellane, que vino acompañada por los arquitectos catalanes. Querían conocer de primera mano cómo se gestó y llevar a cabo el Plan de la Mina.
La fórmula del partenariado, en la figura de un Consorcio, como es el del barrio de la Mina, creado por cuatro administraciones que acuerdan delegar en éste la función ejecutiva del Plan, es uno de los aspectos que les llamó más la atención. Reconocieron que esta organización que además trabaja desde el propio territorio, agiliza significativamente el proceso de toma de decisiones. Porque garantiza la agilidad y la flexibilidad necesarias, para adaptar sus actuaciones, fijadas por un plan director, en las diversas etapas y circunstancias con las que se puede encontrar un proyecto de regeneración social y urbana que se desarrolla a lo largo de más de una década. La otra herramienta que se considera clave en el desarrollo del Plan de Transformación es el Proyecto de reparcelación. Este ha permitido hacer la redistribución de usos del suelo en la zona de actuación del Plan y establecer las compensaciones por la expropiación de terrenos, tanto por los diversos propietarios privados como públicos. Que en el caso del suelo público, permitió que las diversas administraciones propietarias lo cedieran en su totalidad al Consorcio.
Estudiantes interdisciplinares de todo
Después de la delegación francesa, este mes de mayo, han venido a conocer el Plan de Transformación el grupo de alumnos del máster de Desarrollo urbano y territorial de la facultad de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, procedentes en gran parte de países latinoamericanos. La semana pasada se recibió la visita de dos equipos de trabajo de estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Barcelona. Mañana mismo, nos visitan, como en años anteriores, los estudiantes de la facultad de Geografía física, humana, económica y regional de la Universidad de la Sorbona de París. Y, a principios del próximo mes de junio, también repite visita el grupo de la University College West Flanders, de Bélgica, formado por estudiantes de Trabajo Social. Para todos ellos, el Consorcio organiza presentaciones del Plan de transformación de la Mina, profundizando en aquellos aspectos que son más de su interés y una visita guiada por el barrio, para ver in situ los resultados.