El Servicio de Apoyo a las Comunidades Vecinales del Consorcio pone en marcha su cuenta de Instagram, que se suma a las de Facebook y Twitter creadas anteriormente. Ampliando, así, las vías de comunicación con el vecindario y de difusión de contenidos sobre la labor de apoyo a la organización y gestión que realizan para las comunidades del barrio que atienden.
Con un ritmo de publicaciones semanal, el equipo del servicio quiere llegar, vía Instagram, a un colectivo más joven, entidades del tercer sector y asociaciones del barrio que también lo utilizan. El objetivo es promocionar el servicio y hacerlo más accesible. Quieren aprovechar su dinamismo, la posibilidad de publicar vídeos y su popularidad.
Se publica información de servicio, de la intervención que realiza y la forma de contactar con ella. Así como publicaciones que den respuesta a las necesidades que se detectan a partir de las visitas y los cuidados que se hacen. La red les permite difundir gráficamente a partir de infografías e imágenes de las campañas para incentivar el cuidado por la limpieza de los espacios comunes, el civismo, la convivencia, o bien los consejos prácticos que se dan a lo largo del año. Quiere ser también una forma de fomentar la participación de la comunidad, de la que esperan recibir propuestas y sugerencias.
Facebook tiene más seguimiento entre la gente mayor, que lo utiliza bastante, y Twitter llega a ámbitos más institucionales y de fuera de la Mina. Ambos permanecen activos, junto con el nuevo Instagram. Sin embargo, los contenidos son similares, de este modo se amplía la comunidad digital a la que se accede.
Misión: autonomía en la gestión y convivencia vecinal
El Servicio de Apoyo a las Comunidades Vecinales del Consorci asesora a las juntas de escala y hace mediación en conflictos comunitarios. Su misión es contribuir a mejorar el uso, mantenimiento y gestión de las comunidades mediante la participación de las familias que viven en ellas. Asimismo, tiene encomendada la tarea de intervenir de forma personalizada en cada una de las seis comunidades del edificio de la calle Venus, que agrupa 244 viviendas y una población cercana al millar. En este caso, de especial complejidad social y por el significativo número de familias en situación de vulnerabilidad (63%), el equipo hace el seguimiento a partir de unos planes de trabajo individualizados -85 casos en 2022- para acompañar a estas familias a resolver necesidades. Éstas pueden ser tanto sociales, como educativas, de supervivencia económica, de convivencia o emocionales. Existe un seguimiento constante a través de visitas, acompañamientos y llamadas mensuales, para tratar de cumplir los objetivos del proyecto educativo individual (PEI) fijado de forma consensuada con la familia. En el resto de casos, se trata de establecer un vínculo de confianza con visitas porta-puerta para dar a conocer el servicio y ponerse a disposición de quien lo necesite.
El año pasado el servicio mantuvo un total de 117 reuniones con personas referentes de las comunidades, realizó un total de 4.849 intervenciones socioeducativas, intervino como mediador en 214 situaciones de conflicto, realizó 5 campañas comunitarias y 8 acciones formativas. Del conjunto de 113 comunidades con las que se trabaja en el barrio de la Mina, 28 se organizan de forma autónoma, 50 tienen un grado de autonomía suficiente como para que sólo puntualmente necesiten el acompañamiento del equipo, 43 necesitan un apoyo más intenso y 12 requieren un acompañamiento estrecho.