Como resultado de la elaboración del Plan Local de Infancia y Adolescencia de Sant Adrià (PLIA) se han presentado los primeros datos del diagnóstico previo y los ejes estratégicos, que se han definido para orientar las acciones a desarrollar en el municipio para garantizar los derechos y calidad de vida de los ciudadanos más jóvenes de la ciudad.
El PLIA ha supuesto un estudio de la realidad social y un trabajo de reflexión conjunta en el que han participado niños, adolescentes y sus familias, respondiendo a las encuestas que les preguntaban sobre actividades extraescolares, deportes, horarios, alimentación y acceso a la información . Éstas y otras cuestiones que forman parte de su día a día, el cual transcurre principalmente en el marco de la ciudad. Para la elaboración del estudio sociológico también ha participado el personal técnico de la administración encargado de gestionar el abanico de servicios destinados a la infancia, adolescencia y jóvenes; una amplia representación política del Ayuntamiento con todas aquellas áreas que tienen una implicación directo, como las concejalías de educación, urbanismo e infancia y juventud, y los departamentos de alcaldía, deportes y participación ciudadana. También los Centros de Atención Primaria del municipio y las entidades socioeducativas que trabajan para el colectivo de estas edades.
Se ha querido saber cómo es Sant Adrià para niños y adolescentes, si se cumplen los derechos que les corresponden y qué se puede hacer para mejorarlo. A modo de ejemplo, hay un dato muy significativo, a medida que se van haciendo mayores cada vez se sienten menos escuchados. A la pregunta “¿Las personas adultas les escuchan lo suficiente?”, cuando están en la etapa de primaria un 67% cree que sí y un 33% que no; pero cuando están en secundaria los porcentajes varían, un 43% considera que se le escucha lo suficiente y un 57% que no. Así, para transformar lo que no funciona y sentar las bases de unas políticas locales de infancia y adolescencia que garanticen su bienestar y buen desarrollo, es preciso tener presente la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (1989). Ésta recoge, entre otros, el derecho del niño a ser escuchado, a tener acceso a servicios esenciales de calidad, a ser valorado, respetado y tratado justamente, a vivir en entornos seguros y limpios, ya ser niño, que significa tener la oportunidad de gozar de la vida familiar, el juego y el ocio. El otro gran acuerdo presente a la hora de elaborar plan por Sant Adrià son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados por los líderes mundiales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad de la humanidad.
En cuanto a los ejes estratégicos que deben orientar las acciones específicas, se han establecido cinco
La ciudad debe ser a medida de los niños, adolescentes y jóvenes, considerando que son de los que más vida hacen en su día a día (escuela, extraescolares, amistades...). Debe resultarles acogedora y segura, un lugar donde poder jugar en el espacio público. Y hay que dar más metros cuadrados a la naturaleza en la ciudad.
Las actividades de ocio socioeducativo, deportivo, cultural, familiar, comunitario..., que son para este colectivo, deben estar presentes de forma transversal en todos los departamentos del ayuntamiento. Y fomentar la educación en el ocio, los valores del civismo y la participación, así como los espacios de encuentro y el asociacionismo juvenil.
Cuidar la higiene mental de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, que sin ir más lejos han visto vulnerados sus derechos durante la crisis de la pandemia por la COVID. Hay que reforzar -para que lleguen a todos- los servicios de salud mental, y, a la vez, el ocio alternativo al tan omnipresente ocio digital.
Rigor con la tolerancia "0" a todo tipo de violencia. Preparar protocolos ágiles y eficaces, atender a quien lo sufra con celeridad y coordinación, combatiendo la inseguridad y la sensación de vulnerabilidad. Para que niños, adolescentes y jóvenes puedan moverse con libertad y tranquilidad.
Sant Adrià debe ser una ciudad que les escolado. Y debe contar con su posición y opinión en la toma de decisiones, haciendo una cesión consciente y querida de poder, huyendo del adultcentrismo, y promoviendo en los más jóvenes una experiencia positiva de la práctica de la participación
De ahí, finalmente, se desprenderá el Consejo de los Niños y Adolescentes de Sant Adrià que también debe servir para garantizar el derecho a la participación y la escucha. Debe ser un verdadero órgano de participación directo en la vida social y de influencia en las decisiones que afectan al conjunto de Sant Adrià. Y al mismo tiempo, debe poder colaborar en otros órganos de participación ciudadana.